sábado, 6 de septiembre de 2014

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El que se enoja pierde.
El que se enoja pierde.
El que se enoja pierde.
Y perdió.
Después (bastante tiempo después) se daría cuenta de que igual perdería.De cualquier forma y manera.
Después (bastante tiempo más después) se daría cuanta de que ganar o perder eran cuestión de perspectivas, de enfoques. Que los dados ya habían sido arrojados pero uno podía elegir aún la perspectiva. El enfoque. Y no era poco.

miércoles, 15 de enero de 2014

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Larabi mide un costado del terreno de su casa. 25,5 m. Anota en una libretita.  Necesita poner un cerco nuevo pues el que había está muy deteriorado. Unos perros entraron la otra noche y mataron dos gallinas ponedoras, justo una semana después de que habían empezado a poner huevos. No tenía sentido arreglar el cerco roto. Había que poner uno nuevo y mejorar la puerta de entrada.
Una semana después Larabi busca su libreta para ver cuanto alambre tejido tiene que comprar, pero no la encuentra.  Toma nuevamente las medidas. 26,10 m. anota en un papel. Ese día no puede ir a comprar el alambre porque surge un problema con la llegada y salida de las palomas mensajeras. Guarda el papel.

jueves, 26 de diciembre de 2013

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Larabi trabaja en una empresa de venta de cucharas. Es encargado de hacer botones para automatizar tareas administrativas. Por ejemplo, si una tarea se hace diez veces las misma, él diseña un botón para que al presionarlo esa tarea se repita por diez y de esa forma optimizar el trabajo. El último proyecto fue hacer un botón para mandar un mismo reporte a personas de una lista utilizando la mitad de palomas mensajeras que se utilizarían normalmente. Como el resultado fue exitoso, tanto por el ahorro de tiempo como por la disminución de palomas utilizadas, él aprovecha eso para que no le rompan las bolas y poder manejar sus tiempos con mayor libertdad.

martes, 24 de diciembre de 2013

Lorenzo Larabi

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Ludmila Verónica y Lorenzo Larabi habían peleado. Con puteadas mutuas claro. Se tiraron con los misiles de esos que se tiran las personas que se aman siempre en los resquicios en que no se aman. En una tregua de la discusión él le dice -"Y si no me vas a perdonar al menos perdonate a vos que..." . Ella lo interrumpe -"Quien son vos para darme consejos. Si quisiera consejos me metería en una religión, leería un libro de autoayuda o estudiaría un curso de filosofía. Yo no quiero consejos. Quiero que me hagas feliz". Acto seguido Lorenzo Larabi se transforma en un jote, levanta vuelo y le permite a ella ver a través de sus ojos. -"Esto no me hace feliz"- pensó Ludmila Verónica. -"...Pero hay que reconocer que es original. No está nada mal. Nada mal. (Que no es poco)"...y comenzó la esperanza.